¿Qué es vosotros?.- Los pronombres personales de primera y segunda persona del plural fueron primitivamente en castellano nos y vos, ambos tónicos, y que calcan las formas latinas de las que proceden. Sin embargo, a comienzos del siglo XIII tenemos ya testimonios en la escritura de las formas nosotros y vosotros, que con el paso del tiempo ocuparán los lugares de nos y vos hasta hacerlas desaparecer. Algunos lingüistas afirman que lo primero que surgió fue vosotros y a partir de aquí nació nosotros por analogía. Y todo porque la forma vos valía para funciones en exceso distintas lo que podía producir ambigüedad en su uso. Vos era, por una parte, la forma de la segunda persona del plural: Vos llegáis tarde y, por otra, la forma de cortesía o respeto para referirse asimétricamente, de inferior a superior, a una segunda persona singular. En este sentido vos funcionaba como sujeto o como complemento con preposición: Vos hacéis estas cosas; Traigo estas cosas para vos. Había, también un vos átono que era la forma del clítico tanto para la segunda persona del plural, que, como forma del objeto directo, pronto se cambiaría en os, como la forma de cortesía: A vos vos vi en la plaza > A vos os vi en la plaza. Ese segundo vos tanto podía referirse a una segunda persona del singular como a una segunda del plural.
Para distinguir claramente entre estos usos, el pronombre vos se reforzó con el indefinido otros. Otro proviene del latín alterum, que con ese sufijo –ter, marcaba a un elemento de una pareja, es decir, venía a significar algo así como uno de entre dos. Por lo que en vosotros se pueda conservar de alterum, queda claro que la pareja así formada es la de vosotros y nosotros, que son cada uno de los dos miembros que la forman. Este vosotros ocuparía las funciones de vos como sujeto o complemento con preposición, y así no se confundiría con las formas de cortesía, ya tónicas ya átonas, para las que siguió usándose vos. Una vez creado vosotros, se crearía por analogía, nosotros, y así aparece una nueva pareja nosotros / vosotros que con el tiempo sustituirá a la primitiva nos / vos como pronombres tónicos (sujetos o complementos con preposición) de la primera y segunda persona del plural.
Sin embargo, si consultamos el CORDE (Corpus diacrónico del español, edición digital de la RAE), la primera aparición de vosotros se registra hacia 1250 en el Poema de Fernán González. Luego en el Calila e Dimna (1251) y poco más tarde en el Sendebar (1253). Vosotras, según CORDE, aparece hacia 1300-1305 en el Libro del Cavallero Cifar. En la escritura nosotros es anterior a vosotros, ya que aquel se registra por primera vez en el CORDE) hacia 1223, en el libro anónimo de Semejanza del mundo.
Por otra parte, el hecho de que nosotros aparezca representado en la mayoría de lenguas romances, ya como verdadero pronombre (gallego nosoutros, castellano nosotros, catalán nosaltres) ya como forma enfática o contrastiva, (portugués nos outros, francés nous altres, italiano noi altri) hace pensar que hubo una inencontrada forma bajo latina *nos alteros de la que derivan todos ellos. Si en castellano nosotros es forma analógica de vosotros, ¿cómo explicar los nosoutros, nosaltres, nous altres, noi altri… de la diversas lenguas romances? ¿Son también analógicas de vosoutros, vosaltres, vous altres, voi altri… aunque en estas lenguas se no produzca la ambigüedad citada para el castellano?
Además, las formas de cortesía o de respeto eran de uso muy restringido, propias de las altas esferas del poder feudal, como la realeza, la nobleza, los cargos eclesiásticos… para marcar asimétricamente la distancia entre superior e inferior. Por lo tanto, no entrarían en colisión con las formas populares del pronombre personal. La oposición entre el uso formal de vos y el uso no formal era de escaso rendimiento
Dado que vos, siguió usándose junto con vosotros, ya como segunda persona del plural ya como forma de cortesía, es muy posible que vos tuviese un uso inclusivo (tú y otros) frente a vosotros, que tendría un uso exclusivo o excluyente (tú, y tú y ti pero no otros), oposición que parece que se ha conservado en gallego en la zona mindoniense. Sea como fuere, vosotros y nosotros nacieron con tal fuerza que ambas eliminaron a las antiguas formas nos y vos, heredadas y calcadas del latín, y se impusieron como únicas para las formas del pronombre personal de segunda persona del plural, al menos en castellano y catalán.
La condición de existencia de vosotros es que contenga un tú, que es el índice del receptor, y un otros, sean los que sean. Si en nosotros era realmente un yo el que hablaba como tal emisor, en vosotros esos otros pueden ser también un tú y tú y tú… los que se quieran, ya que así como el que habla es siempre uno, yo, el o los que escuchan pueden ser un tú, tú y otros o varios tú, aunque ya veremos en qué condiciones. Por lo tanto, esa referencia de vosotros como receptores se instituye desde el yo que habla, porque yo es el único que habla. Si alguien habla, es yo. Veamos algunos ejemplos de esta institución del vosotros a partir de yo. En la sesión del 13 de julio de 1848 de la Asamblea Francesa, Proudhom dice en público: En caso de negativa a la abolición de las rentas, a la reducción de propiedad a la simple posesión, nosotros mismos procederemos a su liquidación sin vosotros. Se produce un buen alboroto y desde los escaños le exigen que explique el significado de ese nosotros. Proudhom responde: Nosotros somos el proletariado, con el que me identifico, y vosotros sois la clase burguesa. Nunca mejor explicado cómo desde un nosotros que oculta un yo que habla junto con otros, se discrimina quiénes sean nosotros y quiénes vosotros
De la Biblia Reina-Valera (1602) extraemos este ejemplo del Evangelio de Juan, en el que Cristo habla a sus discípulos (Juan 15:16): No me elegisteis vosotros a mí, sino que os elegí yo a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y que vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidierais al Padre, en mi nombre os lo dé. Otra vez el juego de yo frente a vosotros, ya que siempre es yo quien dice qué sea ese vosotros.
¿Vosotros plural de tú?
En La patria del nosotros, publicado no hace mucho en esta misma Cueva, se decía que nosotros no podía ser el plural de yo, en el sentido de que nosotros no es una suma de yo y yo y yo… O sea, que nosotros no representa el número de veces que yo aparece en él, ya que en realidad solo puede aparecer una, aunque junto con otros. Es plural porque contiene más de un elemento, pero no más de un yo. Una primera acepción de vosotros puede ser considerada como aquella que contiene un tú y otros, los que sean, pero que están o van contigo. En este sentido, vosotros es un plural parecido a nosotros, una componenda ente un tú y otros que forman grupo con él y que son instituidos en la frase desde un yo, que es aquel que habla.
Una segunda acepción podría ser la de considerar otro tipo de vosotros como aquel que contiene un tú y un tú y un tú… serie más o menos definida, en lo que parece haber solo varios tú y no otros. Esa suma de tú y tú y tú… que se realiza en vosotros sería un verdadero plural de tú. Esto parece producirse, por ejemplo, en frases como: Vosotros, tú y tú y tú, me las vais a pagar. Incluso parece que estamos viendo al que habla señalar con el dedo primero a un tú, luego a un segundo tú y por último a otro tú. Justamente por eso se ve así que la suma no es tal, ya que si lo fuera, esos tú serían simultáneos uno de otro, y lo que vemos es que forman sucesión, y sucesión temporal, no suma: (primero) tú, (luego) tú, (y por último) tú, de tal forma que cada uno de los tú es otro para los otros. Con lo cual queda demostrado que ese tú y tú y tú forman un vosotros, que contiene, como todos, un tú y otros. Vosotros es, pues, segunda persona y es plural, pero no de tú, sino que contiene un tú y otros, que con el forman sociedad o grupo.
De el vos de cortesía y de respeto al usted
Ya desde el Cantar del Cid encontramos usos de vos como plural de respeto para dirigirse al rey. Más tarde lo encontraremos usado para miembros de la nobleza, tanto laica como eclesiástica. Este hecho, el de dirigirse de forma asimétrica, de inferior a superior, con un pronombre segunda persona del plural a una sola persona se da en la mayoría de la lenguas. Es un caso de prolepsis, o de uso de un plural para significar un singular. Así es como se crea una distancia entre en inferior con respecto al superior que refleja otra distancia social, la que hay por ejemplo, entre rey y vasallo. Algunas lenguas han elegido la forma de cortesía para significar tanto la segunda persona del plural como la del singular, y han eliminado la primitiva forma del singular. Es decir, la forma de respeto eliminó a la forma directa. Tal como sucede en inglés que se conoce una única forma, you, tanto para singular como para plural.
En la Edad Media, la situación de estos pronombres, tanto las formas rectas como las de cortesía, era la siguiente: para la segunda persona, había un tú para el tratamiento de confianza o no formal; un vos como tratamiento de respeto referida a una sola persona, y un vos para la segunda persona del plural, que empezaba a competir con vosotros. Así teníamos: Tú hablas, Vos habláis, Majestad; Vos/Vosotros habláis. Naturalmente el vos de respeto o cortesía concertaba con el verbo en la segunda persona del plural, y en este uso podía competir, pero poco, con el vos simple pronombre de segunda plural.
Ese vos, que en un principio valía para dirigirse al rey, y más tarde a los nobles, poco a poco pasó a tratamiento entre iguales de clase alta, y luego, por imitación, a las clases medias y bajas: La manía del vos fue tal que en el siglo XVI, el tratamiento de vos entre las clases bajas podía ser injuriante. El vos era demasiado ambiguo, o poco definido para referir tal situación, o muy vulgar o solo usado por las clases altas. Se imponía una remodelación de las formas de tratamiento, en especial para marcar las relaciones entre de personas de buena posición, pero no nobles. Se inicia un proceso que comienza con la forma de tratamiento exlusivo para el rey, la vuestra merced, en la que ese merced vendría a significar algo así como gracia o generosidad. Más tarde, cuando al rey fue tratado ya no de merced sino de majestad o alteza, ese la vuetra merced pasó a ser tratamiento entre iguales, primero entre nobles y luego, por el mismo camino que las otras formas de tratamiento, llegaría a las clases no nobles, especialmente para referirse a aquellas personas pudientes, pero sin título de nobleza. El tú era la forma de la intimidad y el vuestra merced era el uso formal o de respeto. El camino que llevó desde la vuestra merced al usted fue de lo más tortuoso y complicado. Ni siquiera intentaremos resumirlos. Solo diremos que primero perdió ese artículo femenino la, que concordaba con el verbo en tercera persoan como tal sintagama nominal que era y no pronombre, y que concordaba con el adjetivo según el sentido, ya que se podía decir Está vuestra merced contento o Está vuestra contenta, según nos dirigiésemos a un hombre o a una mujer. Por ultimo, y después de complicados pasos y muchas variantes, que de todo hubo, ese vuestra merced se contrajo y se gramaricalizó el moderno usted, que hereda sus caracteríscas gramaticales.
Estrategias contra tú y vosotros
En amplias zona del habla castellana, especialmente en América, parece que hubiese una deliberada estrategia para reducir el tú a ámbitos muy íntimos. La cosa va más allá, pues lo que no se logró definitivamente con tú si sucedió con vosotros, que fue eliminado del habla coloquial, e incluso de la literatura, con las consecuencias subsiguientes, como luego veremos.
Al avanzar la forma usted, que no logrará imponerse de forma generalizada hasta el XVIII, tenemos en plural para la segunda persona tres formas: vos, vosotros, ustedes. Según sea su distribución en el ámbito hispánico, así tendremos distintas normas. En la Península, salvo en Andalucía Occidental y en Canarias, una vez que vosotros hubo eliminado a vos, la norma mantiene a vosotros como tratamiento no formal, de confianza e intimidad, y ustedes para usos formales, de cortesía o respeto, oposición que repite la del singular ente tú y usted. Al concordar con el verbo en tercera persona, también le corresponden los clíticos lo/la/los/las para el objeto directo, y le/les para el objeto indirecto, el reflexivo sí y el posesivo su/ suyo/sus/suyos, todo de tercera persona no de segunda:, como se ve en la siguiente frase: A ustedes ya los recibí ayer y atendí sus asuntos. Las formas son de tercera persona pero nos estamos refiriendo a una segunda. Es así como se crea la distancia de respeto a través de una prolepsis, de un uso del plural para el singular, con una concordancia que no coincide con la persona gramatical esperada.
En Andalucía occidental y en Canarias, ese ustedes avanzó un paso más y se convirtió en un verdadero pronombre, ya que concuerda con el verbo en segunda persona no en tercera, como si fuese un vosotros, pronombre que eliminó. Algunos explican este fenómeno por un posible uso ultracorrecto, el querer hablar mejor que el habla bien que llevó a cambiar vosotros por un más formal ustedes pero conservando la concordancia con el verbo en segunda persona y así se dijo: Ustedes cantáis, coméis, venís…. Sea como sea, es la primera pérdida de la forma vosotros. Se producirán más.
En América, y según fuese menor o mayor el contacto con la Península y la composición del grupo social referido, la situación varía mucho de una zona a otra. En Méjico, las Antillas, parte del Perú y de Venezuela, y en la costa atlántica de Colombia se conservó la norma peninsular de tuteo exclusivo con la oposición tú/usted en singular y en plural vosotros/ustedes.
En otras zonas fue la forma vos la que triunfó y dio lugar a lo que se llama voseo, que en realidad son varios, no uno. En partes de Bolivia, norte y sur del Perú, Ecuador, partes de Chile parte de los Andes venezolanos, gran parte de Colombia, Panamá y la franja oriental de Cuba presentan una solución de compromiso, ya que usan el tuteo (tú/usted; vosotros/ustedes, como en la Península) como norma culta y el voseo (vos/usted; plural solo ustedes) como las formas coloquiales o populares.
En la provincia venezolana de Zulia, zonas de Centroamérica y en las provincias mejicanas de Tabasco y Chiapas se desarrolla un triple sistema en el que usted es la forma de cortesía, tú y vosotros signo de familiaridad intermedia y el voseo (vos/usted/ ustedes) como tratamiento no formal o familiar.
Por último, nos queda la zona del voseo generalizado en Argentina, Uruguay y Paraguay. Aquí el uso de vos por tú, significa no solo la pérdida, o uso muy restringido, de este pronombre, sino también la del plural vosotros, que será sustituida por ustedes. Con la pérdida de vosotros, además de la distinción vosotros/ustedes, también se pierde el clítico os y el posesivo nuestro;-a; ; -os,-as. En el español rioplatense vosotros solo se conserva en el ámbito religioso o en algunos usos protocolarios.
Ese desprestigio o desgana de hablar de tú o de vosostros y referirse a ellos por otros rodeos es algo que solamente puede hacer yo. No está mal como tarea que se trae desde antiguoque es la tarea de hablar, porque, si no habla, no es yo, no es aquel que discrimina y reconoce a tú o a vosotros y en ellos cosas como la edad, el sexo, jerarquía, autoridad, diferencia de clase o religiosa… así como también su posición social y el respeto o cortesía que se le debe. Por eso es yo el que impone la formas para la intimidad, para la cortesía, para la distancia social.
Vosotros, ustedes y los cuantificadores
Como se dijo cuando tratábamos de La patria del nosotros, los pronombres personales en singular (yo, tú, él, ella) no pueden designar cantidades distintas de uno, por lo tanto, no pueden llevar cuantificadores. Las únicas determinaciones que admiten son aquellas que refuerzan o redundan en su identidad. Así sucede con el indefinido mismo, -a (yo mismo, tú misma, ella misma…) y con el adjetivo solo, -a (yo sola, tú solo, ella yo, ti, el, ella sola) y siempre pospuestos. Si van antepuestos, cambian de significado. Véanse sino construcciones como Mismo yo…, o Solo yo… en las que mismo y solo, al ir antepuestos ya no son determinaciones de yo, tú, él o ella sino del verbo, es decir adverbios. En frases como Mismo yo puedo hacerlo o Solo yo puedo hacerlo, mismo pasa a significar incluso y solo es solamente.
Las formas del plural de los pronombres personales, vosotros o ustedes, admiten también a mismos, -as y solos, -as con la misma función (Vosotros mismos, vosotras solas, ustedes mismas,…). Pero el hecho de ser plural hace que puedan designar una cantidad mayor que uno y por lo tanto pueden llevar otras determinaciones que el singular, por el hecho de serlo, no admite. Así pueden llevar el adjetivo juntos,-as (Vosotras juntas, vosotros juntos, ustedes juntos…) y, especialmente, el cuantificador universal todos,-as (Todos vosotros, todas vosotras, todos ustedes…) que se puede combinar con juntos,-as (Todos vosotros juntos, Juntas todas vosotras….). Todos pueden ir antepuesto como hemos visto y también pospuesto (Vosotros todos, vosotras todas, ustedes todas, todas ustedes…)
Vosotros,-as admite ser cuantificado por los numerales cardinales (Vosotros tres, vosotras cuatro…), Pero, si el numeral es alto parece como si la frase se volviese agramatical, cuando no lo es, aunque no sea usual: No son frecuentes frases como Vosotros mil lo haréis muy bien; Vosotros cuarenta y seis millones sois muchos. Tal como sucede con nosotros,-as, vosotros,-as se deja cuantificar mejor si el cuantificador refiere a una cantidad pequeña, la de lo cardinales más frecuentes en la vida diaria y referidos a grupos también pequeños.
Vosotros,-as puede entrar en otras formas de cuantificación como pieza subordinada ya de un indefinido (uno, alguno, ninguno, muchos, pocos…) o de un numeral cardinal (uno, dos, tres..): Uno de de vosotros me negará tres veces; Tres de vosotros me traicionaréis. De la misma manera puede subordinarse a sustantivos tales como tercio, mitad, centena, millar… como en las frases: Un tercio de vosotros aprobará este examen; Una docena de vosotras llegará pronto. Como pasaba con los cardinales, si el sustantivo indica cantidad alta, la frase parece no funcionar: Un millón de vosotros irá al cine esta tarde.
Vosotros,-as y los sustantivos contables
Todo lo anterior hace pensar que vosotros, -as tal como sucedía con nosotros,-as funciona como pronombre personal pero parece que quiere sobrepasar los límites de esta categoría, cosa que los pronombres en singular, no pueden ya que son solo índices de aquel que habla o de aquel que escucha, y nada más. Frente a yo y tú, nosotros,-as y vosotros,-as presentan rasgos diferenciadores que los primeros no tienen, y que los aproximan a la categoría de los sustantivos.
En primer lugar, tanto nosotros,-as como vosotros,-as tienen formas de género para el masculino y para el femenino. No tiene marcas de género ustedes, pero las adquiere en la concordancia con el adjetivo: Ustedes todos, ustedes solas… En segundo lugar, pueden ser cuantificados por todos, as, cosa que en sigular no se puede. Si aplicamos todo,-a a yo o a tú como en todo yo o en toda tú, ese yo y ese tú ya no son índices pronominales, sino verdaderos sustantivos que se refieren a una persona real. En tercer lugar, también pueden ser cuantificados por los numerales cardinales, (vosotros dos, nosotros tres, ustedes cuatro…), lo que significa que se comportan como si fuesen sustantivos contables o discontinuos, aquellos que son divisibles en unidades discretas (libros, piedras…) frente los discontinuos, que no son divisibles en unidades discretas (agua, aceite..). En cuarto lugar, entran como formas subordinadas de numerales cardinales (uno, dos, tres… de vosotros, cuatro de ustedes), de indefinidos (Muchos de vosotros, pocos de ustedes…) e incluso de sustantivos que refieren algún tipo de cantidad (Un tercio de vosotros, la mitad de ustedes…).
Todos estos rasgos aproximan a nosotros,-as y a vosotros,-as a la clase de los sustantivos y los alejan de la clase de los pronombres, especialmente de los de primera (yo) y segunda persona (tú) del singular, de los cuales, como ya hemos vistos no son plurales, aunque son la primera y segunda persona del plural. Es decir, por una parte son pronombres y por lo tanto tienen un significado gramatical, el de designar el índice del que habla, ya sea solo (yo) o junto con otros (nosotros,-as) o el de aquel que escucha, que puede estar solo (tú) o también formar grupo con otros (vosotros, -as, ustedes). Pero además añaden a la significación gramatical significados léxicos producidos en ellos por la cuantificación o por las formas de respeto (autoridad, jerarquía, edad, sexo, …) En este último sentido se comportan, ya no como meros pronombres o índices gramaticales, sino como verdaderos sustantivos con significado léxico.
Final
Frente a la dificultad de saber quiénes sean nosotros-as, parece más fácil decir quiénes sean vosotros,-as, ya que ese vosotros,-as o ese ustedes se dibujan desde un yo, que es que el que habla Si está con otros es un nosotros-as, en el que sigue siendo yo el que habla, pues nadie más puede hablar que no sea yo Por lo tanto, vosotros sois tales vosotros o ustedes en cuanto un yo dice que sois vosotros, o, por cortesía, ustedes. Los que están aquí y ahora son nosotros y los que están ahí y ahora son vosotros o ustedes. Los que no están aquí y ahora, mientras se habla, son ellos o ellas, que están allí o allá donde no pueden estar ni yo ni tú ni nosotros,-as ni vosotros,–as o, por cortesía, ustedes. Ellos o ellas no están ni aquí ni ahí, y por lo tanto nunca hablan ni escuchan.